
El abogado, actor y exempresario de karaoke asegura que su incursión en la política no responde a ambiciones personales, sino a un compromiso ético con la justicia y la lealtad hacia Edman Lara. No descarta una candidatura municipal si hay respaldo popular.
Montero 22 octubre 2025.- En una entrevista reveladora y cargada de anécdotas, Juan de Dios Castro Quiroz, abogado de profesión y con un pasado en el arte escénico y el emprendimiento, compartió detalles de su vida, su vocación de servicio y su sorpresiva entrada al ámbito político.
Aunque su nombre ha comenzado a sonar recientemente en círculos políticos, Castro deja en claro que su involucramiento en el proceso electoral junto al binomio Rodrigo Paz–Edman Lara fue más un acto de lealtad personal que una estrategia política.
“Yo no estoy inscrito en ningún partido, ni he militado nunca. Apoyé a un amigo: Edman Lara. Lo defendí en momentos difíciles y desde entonces compartimos una lucha común contra la corrupción y la injusticia”, afirmó.
“El abogado de los pobres”
Nacido en Guabirá el 8 de marzo de 1962, Juan de Dios estudió en el colegio metodista de Montero, incursionó brevemente en la ingeniería y luego siguió una carrera artística que lo llevó al teatro, el canto y finalmente al periodismo. Con 48 años retomó los estudios universitarios en la Universidad FINOR, graduándose como abogado.
“Me dediqué a ayudar a los más humildes, y la gente comenzó a llamarme ‘el abogado de los pobres’. Esa es mi verdadera vocación: la defensa de los derechos”, contó con orgullo.
No busca cargos, pero no cierra la puerta a la política
Castro asegura que no busca puestos en el nuevo gobierno ni cargos en La Paz, pese a que algunos lo han tentado para sumarse al equipo de Edman Lara en la vicepresidencia.
“Yo tengo compromisos con la gente que confió en mí como abogado. No voy a abandonar sus procesos. No estoy para buscar pega ni me interesa figurar”, aseguró.
Sin embargo, admite que grupos ciudadanos en Montero lo han comenzado a considerar como posible candidato para las elecciones subnacionales de 2026.
“Si se arma un proyecto ciudadano serio, independiente de los colores políticos y con gente sin cola de paja, lo pensaría. No por ambición, sino por convicción de servicio.”
Una visión crítica pero equilibrada de la política actual
Sobre el actual alcalde Regys Medina, Juan de Dios prefirió mantener una postura prudente.
“No quiero emitir juicios sin haber seguido su gestión de cerca. No sería justo. Escucho opiniones divididas. Yo estuve concentrado en los casos judiciales, no en política municipal.”
En contraste, sí tiene una mirada clara sobre lo que deberían hacer Rodrigo Paz y Edman Lara a partir del 8 de noviembre.
“Deben comenzar cumpliendo lo prometido. El perdonazo tributario, el 50-50 en salud y educación, y resolver el tema del diésel y la gasolina. Confío en que ya tienen mecanismos para cumplirlo”, afirmó.
También se refirió a la promesa de una auditoría a las gestiones de altos jefes policiales como un primer paso contundente para recuperar la confianza en la justicia.
Política con ética: un llamado urgente
Castro no esquivó el tema del desprestigio que vive hoy la política boliviana.
“Antes ser político era sinónimo de servicio. Hoy muchos lo ven como un camino rápido para enriquecerse. Hay que devolver la ética a la política. No se trata de servirse, sino de servir.”
En ese sentido, reiteró que, si alguna vez asume una candidatura, será para representar de verdad a los sectores olvidados de Montero, con una gestión transparente, sin compromisos oscuros ni estructuras partidarias corrompidas.
Conclusión
Juan de Dios Castro no es un político tradicional. Su historia lo sitúa como una figura emergente que conecta con la gente desde la honestidad, la humildad y la vocación de servicio. Hoy, su nombre comienza a sonar más fuerte en el escenario político local, no por aspiraciones personales, sino por la confianza que ha sembrado en su comunidad.
“Si alguna vez decido ser candidato, será con el pueblo. Si no, seguiré siendo el abogado de los humildes, defendiendo a los que nadie escucha.”
